Piezas de aluminio aeroespacial

Ya se han mencionado las dos razones más destacadas por las que el aluminio es tan indispensable para la industria aeroespacial. Al ser uno de los metales con mayor relación resistencia-peso, su valor para la industria aeroespacial es obvio. Los fuselajes deben ser lo bastante resistentes y duraderos para soportar las tensiones de los despegues y aterrizajes a lo largo del tiempo. Al mismo tiempo, si el metal es demasiado pesado, requerirá un mayor consumo de combustible durante los vuelos. Esto significa que el aluminio suele ser la opción más rentable para los aviones.

La resistencia y el peso no son las únicas ventajas del aluminio; otra gran ventaja de las aleaciones de aluminio es su resistencia a la corrosión. Este es un factor importante en la durabilidad de un avión. Los aviones están sometidos constantemente a los elementos y experimentan con regularidad condiciones climáticas extremas: temperaturas bajo cero a grandes altitudes y exposición a todo tipo de precipitaciones, incluidas la nieve y las tormentas de lluvia. El aluminio es famoso por su capacidad para resistir la corrosión ambiental.

Además, el aluminio es extremadamente moldeable. Esto es una bendición para la industria aeronáutica, que requiere un alto grado de precisión para garantizar la máxima aerodinámica, por no mencionar todas las piezas pequeñas que pueden encontrarse en los aviones. La facilidad de fabricación y mecanizado del aluminio es otro de los aspectos en los que ofrece un ahorro de costes con respecto a otros materiales.

El aluminio también es estéticamente agradable; aunque no es lo más importante, no está de más, ya que nadie quiere volar en un vehículo que no sea visualmente atractivo (quizá con el Halcón Milenario como única excepción).

Se calcula que 80% de todo el contenido metálico de los aviones actuales es aluminio; es fácil ver por qué.